Código Ético de la A.E. Ramassà

Los Valores de Nuestro club son:

Paz

Libertad

Seguridad

Constancia

Compañerismo

Alegría

Consciencia

Compromiso

Solidaridad

Respeto

Humildad

Trabajo en equipo

Todos los miembros del club y del equipo son importantes.
Todos somos iguales; todos tenemos una tarea para realizar y hacerla de la mejor manera posible.

 

Nuestro objetivo es dejar de mirar hacia nosotros y aprender a mirar hacia los otros para sentirnos nosotros. En nuestro equipo, el conjunto es más importante que el individuo. Esta es nuestra columna vertebral: aportar todo lo que tenemos en nuestras manos para ayudar a los demás.

 

Nuestra asociación se basa en el respeto. Nuestro código ético es el siguiente:

Respeto al club y a sus valores

La A.E. Ramassà considera que su imagen y reputación son uno de sus principales activos para preservar la confianza de sus socios, seguidores y patrocinadores.

 

En este sentido, los jugadores y miembros del club deberán poner el máximo cuidado en preservar la imagen y reputación de este en todas y cada una de sus actuaciones públicas.

 

Los jugadores deberán ser igualmente cuidadosos en cualquier intervención pública en la que participen, en condición de representantes de la entidad, delante de los medios de comunicación, en redes sociales o cualquier otro tipo de acto en el que existan indicios. Habrán de informar previamente a sus responsables.

Respeto al público

El público, anime al equipo que anime, es uno de los protagonistas de este deporte. En el fútbol base, el público está integrado por familiares, amigos, miembros del club o gente del barrio, entre otros. También lo integran los aficionados a los que les gusta el fútbol base y la gente que ama al club.

 

Los futbolistas deben respetar al público y a su manera de apoyar a otro club, incluso cuando este exprese su descontento. Al fin y al cabo, el público va a ver un espectáculo y los futbolistas tienen que ofrecerlo con todo su esfuerzo, ganen o pierdan. Es por ese motivo, que los jugadores de la A.E. Ramassà, en saltar y al abandonar el campo, saludarán y aplaudirán a la afición contraria por el simple hecho de haber acudido a ver el partido.

 

De la misma manera que el club exige un respeto a la afición del equipo contrario, los jugadores también habrán de actuar de forma ejemplar con su propios aficionados.

Respeto a los árbitros

El árbitro es el juez del partido, quien decide sobre la validez de las acciones del juego. A parte de estar, por sí mismo, sometido a una presión elevada (la propia del cualquier trabajo), esta puede aumentar ante la mirada de un gran número de personas y, por lo tanto, inferir de manera activa o pasiva en su decisión. Cabe recordar que el árbitro es humano y que, igual que nosotros cometemos errores, él también puede cometerlos. Es por esta razón que, a la hora de dirigirse a él, se le tratará con educación y se respetarán sus decisiones, aunque sepamos que no han sido las correctas.

Respeto a los adversarios

Los contrarios son compañeros dentro del campo. Se les tiene que respetar jugando limpio y evitando hacerles daño. Cuando esto no ocurra, se les tiene que pedir disculpas. Se procurará, siempre y cuando se juegue en casa, tratar al adversario no como un contrincante, sino como a un invitado. Se deberá procurar ser cortés antes de que comience el partido y dejarles material y espacio para que puedan desarrollar su labor. Al comenzar y al acabar el partido, se les brindará un saludo de la misma manera que haríamos cuando un invitado viene a casa.

Respeto al entrenador y al equipo técnico

El entrenador es el líder del equipo. Es el que gasta su tiempo para mejorar el rendimiento del equipo, confeccionando entrenamientos y estrategias para lograrlo. Si no se está atento al entrenamiento, las indicaciones no serán entendidas por todos y será tiempo perdido. En los partidos es el que tiene la potestad de realizar las alineaciones y los cambios y eso debe ser respetado por todos los integrantes del grupo.

Respeto al compromiso moral y educativo/profesional

El fútbol es uno de los deportes que abandera unos valores muy definidos como el compañerismo, llevar una vida sana, higiene, respeto, etc. Así pues, los jugadores deberán desarrollar y fomentar estos valores morales con el resto del grupo.

Desarrollo del rendimiento individual y colectivo

Todo futbolista debe intentar contribuir a la mejora personal y colectiva mediante el desarrollo de su rendimiento. Será necesario acudir a los entrenamientos y partidos y dar el máximo en cada uno. De la misma manera, deben ser conscientes de que pertenecen a un grupo y que este tiene una forma de juego a la que deben adaptarse.

Respeto al grupo

Todos los miembros del grupo deben recibir el mismo respeto que el que uno desea para sí mismo. En este sentido, no se tolerarán insultos, peleas, ni discriminaciones de ningún tipo, ya que dentro del campo se deben aceptar las decisiones individuales y los errores que cometan los compañeros. Si un grupo no se respeta fuera del campo, no podrá respetarse dentro de él.

Orgullo de pertenecer al club

El club velará y defenderá los intereses de los jugadores. Los tratará de la mejor manera posible para que se sientan orgullosos de pertenecer a la A.E. Ramassà, un club solidario y comprometido, el club de los valores.

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